La Unión Europea nos va a dar a elegir a cada país entre el horario de invierno y el horario de verano.
Muchas personas me preguntan qué sería mejor para nosotros desde un punto de vista psicológico, así que aquí tenéis mi explicación, que sé de antemano que a unos les gustará más que a otros, pero yo sólo me remito a la mejor idoneidad por el hecho biológico.
Mi opinión es que en España el horario que más nos interesa psicosocialmente es el de invierno, ya que, coincide más con nuestra cronobiología.
Con esto quiero decir que, a través de la retina, la luminosidad llega al cerebro y al hipotálamo, responsable de todos los relojes biológicos que nos determinan, entre ellos, el del ritmo circadiano que nos sintoniza con el día y la noche. La misma hormona que segrega la melatonina en condiciones de oscuridad, es la que segrega cortisol cuando percibe luminosidad.
Si escogiéramos el horario de verano, habría más diferencia entre nuestra biología y la luz del sol, por lo que se altera la producción de hormonas, entre ellas las responsables del estado de ánimo y la melatonina, encargada de la inducción al sueño. De ahí, que las adaptaciones a los horarios de verano nos cuentan más trabajo que las adaptaciones a los horarios de invierno.
El horario de verano retrasa demasiado nuestros hábitos porque hay luz hasta muy tarde y nos acorta nuestras horas de sueño, con todo lo que ello conlleva.
Un ejemplo muy claro de lo importante que es ajustarse a nuestra cronobiología son los trabajadores con turnos nocturnos. Estas personas están más propensas a padecer determinadas patologías como las metabólicas, cardiovasculares…entre otras.
Para mí, un horario de invierno nos haría fluir de manera más ordenada y no forzaría la máquina sin necesidad.
Aquí os dejo un artículo muy interesante que completa la información.
¿Y tú qué opinas?