Efectivamente.
Hay días perros.
Hay días que desde que te levantas estás deseando acostarte.
Hay días que ir a trabajar cuesta el doble…o el triple….que no te apetece ni comer, que te levantas del sofá para sentarte en el sillón.
Que lo único que quieres es que se pare el mundo para bajarte, que todo es cuesta arriba, que un grano de arena es el Everest.
Que dejas los tacones atrás y vas plana, que sustituyes las medias por los vaqueros y una buena capa que todo lo tapa, que te peinas porque no hacerlo sería un delito contra la humanidad.
Hay días perros, para qué negarlo. No tiene por qué haber motivo alguno…o quizás sí…o no quiero verlo…pero qué más da.
Hoy puede ser uno de estos días, qué le vamos a hacer, lo dejaremos pasar. Seguro que mañana será mejor.