La adolescencia es una etapa evolutiva compleja pero también maravillosa.
Las personas que se encuadran en ella ni son niños ni se pueden considerar adultos, por lo que se mueven en una tierra de nadie que trae como consecuencia que se sientan incomprendidos, de ahí parte su rebeldía.
Sus comportamientos se encuentran más en el terreno de «soy capaz de cambiar el mundo», de las utopías y de las causas imposibles, pero en cambio, la vida ordinaria dentro de la familia, a veces se hace cuesta arriba.
Por todo esto, vamos a intentar seguir estos consejos para mejorar la comunicación con ellos:
– Háblales siempre que sea posible en positivo. Es mejor decirles » con lo trabajador que eres, no me pega que hayas suspendido 4 asignaturas», en vez de decirle «eres un flojo, que no has hecho nada!».
-Nunca uses la ironía y el sarcasmo.
– Aclara, tantas veces cuanto necesites, que no estais atacándole, sino informando o explicando. Si ellos perciben, aunque sea de forma equivocada, que están siendo atacados, se pondrán a la defensiva y no habrá lugar de conversar.
– Intentad tener conversaciones variadas, unas más serias y otras más divertidas, a veces los padres nos comportamos como policías que interrogamos a los sospechosos y únicamente nos remitimos a determinados temas y si no, no hablamos con ellos.
-Permitidle que expresen sus grandes teorías de cómo cambiar el mundo, no lo trateis como una tontería, se sentirán escuchados y respetados.
Si nos movemos de esta forma, vamos a descubrir facetas de nuestros hijos que desconocíamos. Os animo a ello.