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No hay dos pacientes iguales. No hay dos diagnósticos iguales.

Sonia Esquinas. Psicóloga Sanitaria

Formación Cualificada

Psicología sanitaria

Trayectoria consolidada

+ de 25 años de Experiencia

No sé qué os pareció el post anterior, si realmente os sirven estas aclaraciones, si ya las sabíais o si os sorprenden.

Podemos seguir un poquito más. Como decía San Agustín, «No se ama lo que no se conoce» y para saber qué esperar cuando decides ir a un profesional de la psicología, hay que informarse.

-La primera sesión, a la que vas con ganas pero nervioso porque es alguien a quien no conoces y con quien vas a hablar de cosas tuyas, se llama «de Inicio» y sirve «para crear el vínculo», ahí el profesional se informará de tu problema, concretareis objetivos, os conoceréis, decidirás si encajas con el psicólogo y él lo decidirá con respecto a tí. Si no es así, no vuelvas. No puedes ir a un Psicólogo «que no te termine de gustar»…somos muchos profesionales, seguro que con otro te irá muy bien. Se establecerán normas de funcionamiento y es una especie de contrato verbal que aquí se llama «Encuadre».

-No vayas al psicólogo obligado, coaccionado, por nadie, porque te gastarás el dinero y no tendrás el grado de compromiso que se necesita para tu crecimiento personal y tu evolución.

-Nadie está obligado a terminar un tratamiento psicológico. Si decides que no quieres seguir, no hace falta que desaparezcas por la puerta de atrás. Simplemente, llama a tu psicólogo y dile que no quieres seguir, da igual el motivo, no te inventes excusas, no es necesario. Seguramente, se te planteará hacer una sesión «de cierre», hazla y vete tranquilo.

-Un psicólogo que se precie, funciona como un espejo. Tú te has visto alguna vez tu cara sin un espejo? No, verdad?, pues aquí es igual. Nosotros te vamos a devolver la imagen que tú emites. Estamos entrenados en lo que se llama «La escucha activa» que consiste en entender lo que estás diciendo, cómo lo estás diciendo y cuándo lo estás diciendo…antes o después de…vamos hilando, somos grandes tejedores de historias que no son nuestras.

-No podemos tener «relaciones duales» con nuestros pacientes. Esto quiere decir que si somos tu psicólogo, no podemos ser amigos, ni tomarnos una cerveza cuando termine la sesión, de ahí que no podamos tratar a nuestra propia familia, no puedo ser tu hija y tu psicóloga, ni tu amiga y tu psicóloga, ni tu pareja y tu psicóloga. Sólo somos el psicólogo. Esto es esencial para no perdernos en el tratamiento.

Y para terminar, aunque podríamos seguir, debemos saber que «La terapia es en diferido». Esto quiere decir que puede ser que lo que hoy veas en la sesión, en la dinámica propuesta, no lo veas claro hasta un tiempo después. A veces me dicen, «me he dado cuenta de tal o cual cosa, ahora qué debo hacer?» y yo les contesto «nada!!», no te preocupes, cuando estés en la calle y se te plantee una situación determinada, vendrán a tu cabeza imágenes de la sesión, detallitos…y serás capaz de gestionar de manera diferente a como lo venías haciendo. Esta es la magia de la terapia, que el cambio se hace desde dentro de tí, no es algo impostado ni obligado, que no encaja contigo, sino que muy al contrario, fluye en tí y en tu repertorio de actuación de una forma natural.

-Los psicólogos somos meros acompañantes de nuestros pacientes. Vosotros sois los protagonistas, los que debéis andar el camino, nosotros vamos a vuestro lado con una lámpara que ilumina, pero la dirección y la velocidad, la marcais vosotros.

Espero que vayas entendiendo algo más lo que es una terapia, de todas formas, como dice una gran compañera, «no se sabe lo que no se hace», por lo que si te planteas entrar en terapia, no lo dudes, no te vas a arrepentir.

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