En la calle, aún, no hay mucha cultura de lo que es una terapia, «para hablar con alguien me voy a la cafeteria con mi amiga y no me gasto ese dinero», «fuí dos veces al psicólogo y no me sirvió de nada», «hablar no va a hacer que cambien las cosas», «es un sacadinero»…
Me gustaría que a través de este post, pudierais entender un poquito más lo que es ir a terapia.
En principio, el momento ideal para empezarla es cuando te sientas preparado, porque a lo largo de las sesiones te vas a mirar de frente y la terapia duele. Yo lo comparo con un camino de piedras y tú vas descalza, se va con cuidado, pero hay veces que pisas mal y te lastimas un poquito. Por eso mismo, no hay que «llevar» a la gente por la fuerza ni que la empiecen por dar gusto a otra persona, porque el grado de compromiso no es el mismo.
Vas a ir a terapia por tí mismo, porque sabes que has intentado sentirte mejor por tus propios medios, durante mucho tiempo y sigues en la misma loseta, no puedes salir sola y cada vez te sientes con menos fuerzas.
No se va a terapia «para que te cure el psicólogo», nuestra labor es acompañarte en ese arduo camino de desenredar nudos, ese acompañamiento es informarte, enseñarte tu propia imagen, hacerte pensar saliendo del discurso aprendido que emites continuamente en tu cabeza y que no te lleva a ninguna parte.
Para hacernos una idea, los psicólogos debemos funcionar como un espejo, en el que te vas a mirar y te vamos a dar la oportunidad de verte reflejado. Nosotros no juzgamos, no aconsejamos, en el amplio sentido de la palabra, os hacemos, a través de dinámicas o de la propia conversación, interpretar vuestras propias palabras o actuaciones.
Nosotros, los psicólogos, tenemos una formación continua, siempre estamos haciendo cursos, además de una revisión personal para tener nuestras cabezas lo mejor amuebladas posible. Nuestra labor es científica, sanitaria, por lo que «hablar» con nosotros no es ni por asomo hablar con una amiga, ya que nos fijamos en el qué, en el cómo, en el cuándo….y eso le devolvemos.
Nosotros queremos a nuestros pacientes, porque se crea un vínculo especial en el que nos vamos a mover y en el que se va a producir el cambio, los miramos de frente y ellos se sienten mirados, comprendidos, atendidos y cuidados. Con nosotros no tienen el miedo del «qué va a pensar de mi», porque al no juzgarlos, se sienten libres de ser ellos mismo y a partir de ahí avanzar. Por eso mismo, no podemos atender a personas que estén cerca de nuestro círculo personal, porque no podemos tener con ningún paciente un rol diferente del de psicólogo. No podemos ser primos, amigos, tomarnos una cerveza si nos encontramos…somos tu psicólogo.
La terapia es un traje de alta costura, a medida, no hay dos casos iguales, por eso mismo, cada uno va a necesitar un tiempo diferente para salir adelante, unos necesitarán 6 meses y otros un par de años, no depende de nadie, ni del psicólogo ni del paciente, sino de la propia evolución.
Y por último, es cierto que se puede crear cierta dependencia a la terapia, porque te crea seguridad y bienestar, pero hasta eso mismo se trabaja desde la primera cita y por eso, en líneas generales, el protocolo de actuación debe ser vernos al principio, una vez por semana, porque hay mucho que trabajar al principio. En el momento en el que la persona se ve que va mejorando, pasa a cada 15 días y vamos espaciando las sesiones y después una vez al mes hasta que se da el alta. Día muy feliz para ambos, el paciente porque ya no tiene nudos y eso le hace sentir bienestar y el psicólogo porque siente la satisfacción de haber ayudado a otra persona.
Espero que os haya podido aclarar un poco más nuestro trabajo. Y tú estás preparado para iniciar tu terapia?
