Cada día, a casi todas las horas estamos pendientes de las noticias para ver la evolución del virus, número de muertos, número de contagiados, número de personas que lo han superado.
Vivimos rodeados de teletrabajo, teleclases de los niños, compras en el súper… Leemos, jugamos con nuestros hijos, vemos series, hacemos repostería, aplaudimos y mañana volvemos a empezar, es como vivir en la película «El día de la marmota». Estamos atrapados en el espacio de nuestras casas y en el tiempo acompañados de un monstruo que se llama incertidumbre.
Pero después qué va a ocurrir? Deseando estamos de salir a la calle, de abrazarnos y de tocarnos pero esto que estamos viviendo habrá personas que lo vivan como un trauma y por tanto, desarrollarán estrés postraumático, otras, cuando vean que ha pasado el peligro, como consecuencia de haber estado nuestro organismo en estado de alerta contínua, se vendrán abajo y podrán tener depresión y ansiedad. Fobias, hipocondria, delirios de contaminación…Otros, simplemente, necesitarán varios días para volver a su rutina habitual sin muchos más problemas.
Cada uno va a salir de esta situación de una forma diferente y siempre contando con la base de salud mental previa a toda esta situación, por lo tanto, desde ya, cuida tu salud mental, habla, explica cómo te sientes, qué miedos tienes, haz lo que se llama «ventilación emocional», al igual que ventilas las habitaciones, ventila también tu mente. No vale con distraerse «para no pensar» porque el miedo seguirá ahí adentro. No te avergüences por sentir lo que sientes, es natural.
La recuperación se producirá poco a poco, en todas las áreas, pero lo importante es que lo conseguiremos, no hay que tener prisa.